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Párvulos de Los Ríos conocerán del patrimonio natural y cultural a través del Jardín Medicinal Juan Pardo

*La iniciativa tiene por objetivo promocionar el vínculo botánico, patrimonial y territorial de las especies herbales existentes en la huerta medicinal ubicada a un costado del Museo de la Exploración R.A. Philippi.

Con una forma similar a la de un cuerpo humano el Jardín Medicinal Juan Pardo, espacio inaugurado en el Campus de Los Museos UACh el 2019 por la  Dirección Museológica (DM) en colaboración con la Escuela de Química y Farmacia UACh busca contribuir al conocimiento científico de las plantas nativas, así como a la conservación, rescate y puesta en valor de los usos tradicionales de plantas medicinales. Es en este contexto que el Área de Educación Patrimonial de la DM, liderado por su Coordinadora Carolina Maturana, presentó y adjudicó un  proyecto al fondo de Formación inicial docente de la Facultad de Filosofía y Humanidades UACh, el cual está enfocado en la realización de una activación educativa intercultural en dicho espacio. De esta forma, se intenta retomar el trabajo iniciado entorno al Jardín Medicinal previo a la  pandemia a partir de la elaboración de un material pedagógico impreso dirigido a comunidades escolares de nivel parvulario de la Región de Los Ríos.

Según explicó Maturana el material se encontrará orientado a estudiantes de transición, es decir, niños y niñas  de entre 3 a 4 años, quienes tendrán un acercamiento al patrimonio natural y cultural contenido dentro del jardín medicinal desde una aproximación intercultural. Aspecto que  facilitará comprender  este espacio de una manera distinta y apostando a que las nuevas generaciones puedan acercarse a la experiencia de la interculturalidad desde sus primeros años. “En este momento nos encontramos junto a la Profesora de Historia y Educadora Intercultural, Angélica Aucapan Millaquipai en la etapa de diseño del material de activación, el que  contiene un relato  donde aparecen personajes propios con pertinencia territorial que van contándonos una historia y relevan el valor natural y cultural del jardín”.

El diseño de esta propuesta  educativa que viene ejecutándose desde mitad del 2022 ha  contemplado diversas etapas entre ellas la selección y documentación científica, cultural y patrimonial de las especies nativas disponibles en el jardín; un diseño de la matriz pedagógica que sustenta el material didáctico; la elaboración de una secuencia didáctica de carácter constructivista que considera los tres momentos de acercamiento educativo a la visita del jardín: el antes, durante y después de la visita y por último la etapa en la que tanto Maturana como Aucapan  se encuentran trabajando hoy y que tiene que ver con el diseño e impresión de las cuatro  carillas de material educativo que considerarán contenidos científicos, culturales y patrimoniales de tres especies por momento pedagógico, así como juegos orientados a la exploración, identificación y reflexión patrimonial de los repertorios herbarios.

Se espera que la activación entre en ejecución durante el mes de  mayo, fecha reconocida por ser el mes del patrimonio y donde según señalaron las ejecutoras de la propuesta es el momento más idóneo para poner en practica una actividad que mezcla por un lado el patrimonio, educación, naturaleza e interculturalidad. Sin embargo, el camino no ha sido fácil y durante el levantamiento de información y diseño de la matriz pedagógica han debido sortear diversos desafíos. Para Angélica Aucapan, uno de los retos es poder llegar a una comunidad educativa que esté dispuesta a recibir este tipo de conocimiento de saberes diferentes y que puedan  implementarlo en la sala de clase antes  de  la experiencia presencial. “Si bien, es un trabajo que está pensado para niños y niñas, el rol de las educadoras va a ser un aspecto importante sobre todo en el tema de apoyo y de concientización de las familias”.

Por su parte, Carolina Maturana se refirió a la importancia de poner énfasis en aquellos públicos que no han sido plenamente abordados desde los museos. “Creo que el desafío para nosotros es hacernos cargo de un público con el cual no hemos generado previamente estrategias de acercamiento, como es el caso de la comunidad de párvulos. Esperamos que esta actividad pueda tributar a la organización museográfica de los museos en tanto adaptación de las vitrinas y narrativas, así como los ejercicios que sean pertinentes a este público de primera infancia, favoreciendo así los descubrimientos”. 

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