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La pintura natural de Micaela Cometa

‘’A lo largo de los milenios, durante 5000 años, los artistas han tratado de introducir una variedad de cualidades diferentes en sus obras de arte. […] Pero hay una cualidad que nunca han usado, y es la cualidad del amor y la ternura que tienen los seres humanos por lo que no dura’’.

Los errores más frecuentes. Jeanne-Claude. 1998.

Si se toma la decisión de rastrear a Christo y Jeanne-Claude por medio de internet o bien a través de enciclopedias, manuales o publicaciones especializadas —citando solo algunos de los recursos más ejemplificativos—, lo más normal es que se les clasifique bajo el paraguas del movimiento artístico denominado land art. Este par de artistas ilustres, sin embargo, nunca estuvo totalmente de acuerdo con tal encasillamiento, argumentando que siempre habían tratado con sumo cuidado al medioambiente en el que se desarrollaban sus trabajos artísticos. Eso tiene mucho que ver con determinadas obras del land art que son de las más populares, verbigracia, la Spiral Jetty de Robert Smithson. Aquí, la alteración del soporte —la naturaleza, en concreto el Gran Lago Salado— como consecuencia de la intervención artística ha hecho que el medio se transforme en una suerte de escultura al aire libre, impidiendo que el ecosistema sea verdaderamente respetado. Lo primigenio se sustituye por lo artificial; el objeto natural se pierde. Lo mismo ocurre con Lightning Field de Walter de Maria. El artista seleccionó un vasto terreno de Nuevo México y en este dispuso multitud de postes de acero inoxidable para actuar como pararrayos mientras sean atravesados por una tormenta eléctrica. Por deseo del propio artista, el paisaje no solo está manipulado, sino que tampoco es posible la reproducción de la obra en cualquier medio. Quiso que Lightning Field se convirtiera en una especie de opistodomos del siglo XX, por tanto, su acceso también es muy restringido y dificulta su goce e investigación, tal y como analizó el crítico de arte John Beardsley.

Detalle de Finca. 2023. Técnica mixta, incorporando roca volcánica sobre madera. 80 cm x 160 cm.

Christo y Jeanne-Claude se separaron de este tipo de land art defendiendo que su arte nunca modificaba un lugar natural, siendo enteramente efímero y que además siempre hacían lo posible por mantener los espacios libres de contaminación. Aparte, realizaban la intervención con el objetivo de que llegase a todo el mundo y el respeto por el medioambiente fue una de las ideas que más intentaron transmitir al público.

En definitiva, las señas de identidad del arte de Christo y Jeanne-Claude son precisamente la transitoriedad y el amor por la naturaleza. Sin embargo, ¿qué pasaría si la naturaleza es tomada para incorporarla a un producto humano, es decir, la obra de arte?

Aquí entra en escena el arte de Micaela Cometa Xerra (Palermo, 1985). La artista italiana, que siempre ha sido amante del arte y su historia, empezó su carrera artística de manera autodidacta. También ocasional y sobre todo por ocio, al compaginar sus estudios universitarios en comunicación y publicidad, al igual que sus empleos vinculados a la mercadotecnia, con la pintura.

A partir del año 2020, Cometa se volcó por completo en el arte. Esta idea se vio favorecida, entre otras circunstancias, por el confinamiento y el contexto geográfico de la italiana: Lanzarote. Un tiempo para reflexionar —al tener claras limitaciones de movilidad— y una localización idílica para alentar la inspiración.

A la izquierda: Tinajo. 2022. Técnica mixta, destacando la presencia de sal marina sobre lienzo de algodón. 106 cm x 106 cm. A la derecha: Cometa trabajando en su estudio.

En estos años de introspección, Cometa fue variando de la figuración a la abstracción, sin olvidar nunca la primera —aquí se verá la fiereza figurativa de L’infibulazione: obra en contra de la mutilación genital femenina—. Asimismo, se inclinó hacia un tipo de pintura en la que lo material resulta primario frente a la forma; evolucionó del formalismo al informalismo. Arrancó con la novedad de recoger materiales de la naturaleza para añadirlos a sus obras. La dicotomía entre naturaleza y cultura no existe aquí. Del mismo modo que para Christo y Jeanne-Claude, la naturaleza es respetada lo más posible por parte de Cometa. Y como signo inequívoco de admiración, recolecta sus particulares frutos sin inmutarla; aquellos los cuales nacen tan repetidamente que son imposibles de echar de menos.

Entre estos, destacan las rocas volcánicas que la artista se topa con facilidad en el territorio de Lanzarote. La isla es núcleo de numerosos volcanes que se concretan espacialmente en el Parque Natural de Timanfaya. La lava petrificada es trabajada en el estudio y luego empleada sobre lienzo o tabla, dependiendo del soporte elegido por Cometa. Asimismo, la artista usa, por ejemplo, la tierra y la arena que se encuentra por la zona para aplicarlas a sus obras y dotarlas de un efectismo sinigual. En ocasiones, además labora con piezas de cerámica que ella misma fabrica, las cuales no dejan de tener una conexión relevante con el medioambiente y las añade siempre según el significado final de la obra.

Volcán del Cuervo. 2022. Técnica mixta sobre lienzo de algodón. 200 cm x 200 cm.

Otro aspecto llamativo de este punto es que, sea cual sea el material extraído de la naturaleza, la artista recoge el objeto natural, ese que no tiene un fin de solventar las necesidades humanas. Siguiendo al filósofo Vítor Guerreiro, los objetos naturales difieren de los artefactos en el aspecto de que los primeros son ‘’cosas que pueden satisfacer ocasionalmente necesidades o deseos, pero que no fueron hechas con ese fin’’ (Guerreiro, Teoría institucional del arte en Teorías contemporáneas del arte y la literatura, 2021).

Utilizar los materiales que no fueron hechos para el fin de satisfacernos permite visibilizar el valor de lo puramente natural, grosso modo degradado en comparación con lo propiamente cultural. De la Tierra surgen los elementos principales en los que la humanidad no interviene, demostrando, en definitiva, que el ser humano está supeditado al planeta y sus particularidades. Además, cabe añadir que el arte es una dimensión lógicamente cultural, pero se sitúa en un plano diferenciador, tanto en cuanto no es funcional al estilo de los objetos que describe Guerreiro en el citado capítulo.

El arte es irrealización, dijo el filósofo José Ortega y Gasset, así que no pertenece a la realidad tal y como se nos presenta y se trabaja de primera mano. El arte no son las cosas cuya ‘’existencia y estructura se explica, al menos en parte, por el hecho de que fueron hechas intencionalmente para servir un propósito’’ (Guerreiro, Teoría institucional del arte en Teorías contemporáneas del arte y la literatura, 2021). Es una construcción que va más allá de cualquier otra. Se puede afirmar que una obra de arte es, a grandes rasgos, un objeto, un fenómeno temporal —articulado por seres humanos y/u objetos— o la conservación documental del último caso. Empero, se trata de algo que transmite ideas y de esta manera se autolegitima, por lo que no se utiliza como medio para conseguir un fin, pues es fin en sí mismo.

Save the reef. 2022. Técnica mixta, añadiendo cerámica sobre lienzo de algodón. 80 cm x 70 cm.

Situar la roca volcánica, u otros materiales naturales, en los cuadros de Cometa es llevar la naturaleza a una realidad nueva, ficticia, a la que no pertenece primitivamente. Aparte, significa encapsular un pedazo de la geología para el disfrute cultural, lo que ciertamente dista más de la perspectiva de Christo y Jeanne-Claude. Con todo, no puede dejarse atrás que también es una manera de honrar a la naturaleza y de musealizarla en una proporción tan ínfima que no puede perjudicarla lo más mínimo. Es la incorporación de un trozo de la historia de la Tierra a la historia de la humanidad y particularmente, de la historia de la artista.

Asimismo, se trata de un homenaje a su biografía, ligada a Sicilia por ser su lugar de origen. De este modo, el volcán Etna es ovacionado en muchas de las pinturas de Cometa, simbolizado frecuentemente a través de la forma circular; el aspecto sintético de un cráter. La ligazón con Sicilia se ve revivida en Canarias, así que la artista traza una conexión con los distintos volcanes que tienen relevancia en su vida. El volcán, sea cual sea al que se refiere, es el excelso protagonista de las obras de Cometa, pero igualmente las localizaciones que le resultan familiares a la pintora. Igualmente, cobran importancia los conceptos que reivindica, verbigracia, la igualdad de género, la protección del medioambiente, la problemática de la inmigración o la plasmación de ideas estéticas y religiosas procedentes de Asia.

Para aquellas personas del público las cuales crean que tomar un trozo de la naturaleza no deja de ser una vulneración de esta en escala menor, basta recordar que Cometa ha experimentado asimismo con la sangre menstrual en su trayectoria artística, aplicándola como un material más en su rica técnica. Y puede parecer abyecto, pero trayendo a colación la teoría de la filósofa Julia Kristeva, la cual habla de la abyección, todo lo que pertenece a nuestro interior, al organismo, al externalizarse se piensa comúnmente repugnante. En lugar, claro está, de establecer nuevas interpretaciones de los fluidos como la sangre menstrual, pues esta es seña biológica de nuestra conexión inseparable con la naturaleza; dadora de vida. Y asimismo, por qué no, es una reivindicación feminista a ojos de Cometa, en contra de lo habitualmente abyecta que se considera a la sangre menstrual desde los anales de la historia hasta la contemporaneidad.

L’infibulazione. 2023. Técnica mixta, añadiendo sangre menstrual de la pintora sobre lienzo de algodón. 80 cm x 40 cm. Detalle.

El Levítico, perteneciente al Antiguo Testamento indica que ‘’[c]uando una mujer tenga su menstruación, será impura durante siete días, y el que la toque será impuro hasta la tarde’’, condenando una parte del ciclo vital del sexo femenino a la bascosidad. Este tipo de sentencias bíblicas y de otro tipo de textos sagrados o profanos son esenciales para comprender el fenómeno del machismo, en particular el control de la sexualidad de las mujeres y poder plantarle cara desde el activismo feminista, encarnado aquí en lo matérico del arte. Desde otra lectura, la sangre menstrual presentada en forma de arte trata nuevamente de compensar el peso de lo natural en lo cultural, hasta tal punto de que se unifican ambas nociones y las barreras se diluyen completamente. Al pertenecer al mundo, el ser humano y la cultura que crea son naturaleza. Y si la cultura se crea mediante procesos biológicos tan íntimos como la menstruación, la relación queda más que demostrada. Y el medioambiente se mantiene intacto.

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