Si buscásemos una palabra para describir el trabajo de Saúl G. Corona, sin duda, sería ‘pasión’. Pasión por la vocación que tiene como artista y que demuestra en la creación minuciosa de cada una de sus pinturas, pero también podemos encontrarla – a la pasión- dentro de cada una de ellas.
La quinta definición de la palabra nos describe una perturbación o afecto desordenado del ánimo, una inquietud que debe ser calmada y que podemos encontrar en muchas de sus piezas. Su serie El Amor como levantamiento muestra esta agitación pasional, pero no hay que quedarse en una primera impresión, todas estas obras hablan también de resiliencia, superación y de la manera en la que intentamos reconstruirnos, Saúl G. Corona añade: «Edificarte con un amor de ti para ti en el resto de los días venideros.»
Además, estas obras, cargadas de complejidad y tramas, pueden considerarse catárticas, en cuanto a la manera en la que Saúl plasma todo lo que siente en el lienzo. Su trabajo puede ser considerado autobiográfico, ya que como él mismo explica «muestra lo que siento por dentro, lo que me conmueve, lo que amo».
Cada uno de sus lienzos están repletos de significados. «Me gusta ofrecerle al espectador una primera escena casi obvia, y que después de observarla un rato vaya descubriendo ese submundo». Historias dentro de historias que juegan con la imagen central para dar matices al conjunto e incluso «para que el espectador entre en la obra a través de pequeños detalles y pueda esparcirse posteriormente por elementos más grandes dándole un significado nuevo a la primera impresión.»
En sus obras encontramos una iconografía clara que va repitiéndose en muchos de sus trabajos: las flechas que pueden considerarse un objeto lacerante o el emblema del dios del Amor, descubrimos serpientes por su dualidad venenosa o medicinal, rosas que simbolizan el placer y el dolor, la belleza y las espinas…
Hemos hablado de elementos recurrentes en su obra, pero falta el principal: el desnudo. Un desnudo protagonista de las dos vertientes principales de su trabajo. Hemos hablado de la serie El Amor como levantamiento pero también podemos verlos en la serie Abrazos, donde prevalece la esencia del ser humano, sin ningún tipo de disfraz. Unas piezas que el artista concibe como un acto de rebelión, con el que se puede practicar una libertad casi total, a pesar de su fugacidad, de un ser para con otro.
Quiero terminar este artículo volviendo a hablar de la pasión con la que comenzaba, la pasión de Saúl G. Corona por la pintura, esa que mancha, huele y cuesta borrar cuando te equivocas… Esto responde cuando le pregunto por la salud de este medio «No se puede decir que la pintura haya muerto mientras haya gente que aún se manche, mientras haya estudios, locales, talleres que aún huelan a esencia de trementina. Mientras haya solo una persona en el mundo que siga vistiéndose cada mañana con esas ropas maculadas en mil obras, no se puede decir que la pintura, lo que tradicionalmente se conoce como pintura, haya muerto.»
La entrada Saúl G. Corona, pasión por el arte aparece primero en PAC.