El proyecto de creación indisciplinar Pabellón, conformado por los creadores cubanos Abel Rojo y Edgar Ariel, ha inaugurado la exposición e intervención sonora Pabellón (nuestra patria es estar vivos), en colaboración con el fotógrafo Eldy Ortiz y el artista visual Edel Figueredo. Como gesto que insiste en la deconstrucción de las fronteras, entendidas como dispositivos de dominación, la muestra se podrá ver y escuchar hasta el 22 de febrero en el Centro d’Artes de Aljustrel, en Portugal.
Pabellón (nuestra patria es estar vivos) desterritorializa la noción de cárcel y la modela desde epistemologías expandidas. Precisamente, el paisaje sonoro que interviene en el espacio galerístico está construido como un coro desde el que no existe una voz dominante, sino que cada una entrega su propia cápsula de individuación.
Un grupo de “peregrinxs”, como le han llamado los creadores de Pabellón, fueron convocados entre julio y agosto de 2021 vía WhatsApp. Amigos y colaboradores fueron interrogados: “¿Para ti qué es una cárcel?” Las respuestas fueron unidas para, de esta manera, construir una “(coro)grafía” de voces. Voces que son cuerpos y que sobreentienden la noción de cárcel más allá de un espacio disciplinario –para utilizar las palabras de Foucault. La entienden como una ortopedia a la que está sujeta la disidencia, en cualquiera de sus acepciones.
Como se puede leer en el statement de la muestra, “Pabellón (nuestra patria es estar vivos) es un síntoma. Es un síntoma de afasia expandido. Un trastorno de la capacidad del habla. Voz. Lenguaje. Enunciación. Una utopía del encierro perpetuo. Una utopía del encierro perfecto. No estamos sobre las gradas. No estamos sobre la escena. Estamos sobre la máquina panóptica. A contraluz”.
Como gesto fotográfico, escénico, sonoro, la exposición –por llamarle de alguna manera– emancipa la voz como una prótesis; como una tecnología de vivificación. La voz no como privilegio de unos cuerpos sobre otros, sino como un tejido de enunciación. La voz como pancarta, señal, señuelo. La voz como protesta. La voz como revuelta. La voz como máquina de deseos dentro de entornos totalitarios y dictatoriales.
Pabellón (nuestra patria es estar vivos) forma parte de una investigación artística que inició su devenir en La Habana, Cuba, y que en estos momentos se sigue configurando desde Lisboa y Madrid. A ritmo de paráfrasis, Abel Rojo y Edgar Ariel la describen desde la potencia que representa el pabellón en el imaginario carcelario en Cuba; ese habitáculo donde los reclusos pueden tener, cada cierto tiempo, relaciones sexuales; ese mínimo intersticio de libertad:
“un pabellón es un estruendo / un pabellón es una máquina de deseos / un pabellón es un árbol, un animal no humano y humano / un pabellón es un decir, es un hacer, es un soñar / un pabellón es un parlamento de los cuerpos / un pabellón es una prótesis, una órtesis, una arteria / un pabellón es una comunidad trans / un pabellón es un destiempo / un pabellón es un agujero / un pabellón es una raíz aérea, es un rizoma, es un país diseminado / un pabellón es el lugar donde nacemos / un pabellón es el lugar donde nos exiliamos / un pabellón es un teatro donde caben todas las formas de lo vivo / un pabellón es un teatro donde caben todas las (coro)grafías del amor / tan pabellonerxs como somos”.
Dentro de las artes vivas, el proyecto Pabellón rastrea las metodologías que reescriban la noción de lo contemporáneo. Lo contemporáneo como una escarbadura en el terreno de los afectos. Pabellón (nuestra patria es estar vivos) propone una reescritura de los discursos en su modalidad de archivo. Genera un archivo pulsional de la sobrevida.
Fechas: Hasta el 22 de febrero de 2023
Lugar: Centro d’Artes de Aljustrel, Portugal
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